martes, 6 de marzo de 2012

Los kioscos de Granada, por Luis Daza



Los quioscos de Granada
Antes los quioscos de prensa eran otra cosa. Cuando no existía Internet eran la conexión con el mundo exterior. Una stargate analógica. Y si eras lector voraz de tebeos mucho más. Eran autenticas minas llenas de joyas por encontrar. Joyas efímeras que si no estabas alerta habían sido reemplazadas en una semana o quedaban enterradas entre revistas y periódicos sin valor.
Los quioscos de Granada eran especialmente suculentos y prometedores. Además de tebeos de super heroes y de miedo podías encontrarte tebeos franceses y belgas de una calidad impensable en España que nunca se llegó a conseguir en las ediciones nacionales en ese momento ni más tarde.
Los mejores eran los de Puerta Real, Plaza de la Trinidad y Plaza Nueva.
Aquello era excitante. A pocas calles de tu casa estaban Moebius, Solé, Pichard, Gotlib, Mandryka, Druillet, Fred, Bielsa, Alexis, Franquin y mil dibujantes más que harían una lista interminable.
Solo tuvo un inconveniente y es que muy pronto paladeamos alta cocina y nos enseñaron como se hacían las cosas bien y a partir de ahí nunca nos terminó de gustar lo que estaba hecho mal que era casi todo lo que se editaba y se editó luego profesionalmente en este país.
Sin embargo alguna vez apareció una joya hecha aquí, hecha en Granada.
Una de las que más brilló fue ale-hop! Una delicatessen que nunca terminaremos de agradecerles a Carlos Hernández y a Rubén Garrido.
Ellos dos solitos crearon una maravilla para la época mucho antes que los Madriz, Víbora y Cairo consiguieran llamar la gran atención mediática y que los tebeos pasaran a ser cómic. Mientras que los Mariscal, Nazario, Cesepe, Max y demás estaban en parvulitos del tebeo y aprendían a dibujar en el underground barcelonés, ellos dos en esa época ya eran unos maestros. Quizás no estuvieron en el sitio adecuado ni en el momento adecuado pero desde luego tenían el savoir faire y el talento más que adecuado.
Años más tarde apareció en esos mismos quioscos La Granada de Papel que nos dio muchas alegrías y fue el más digno de los tebeos editados por ayuntamientos. El resto solo eran monstruos producidos por el sueño de Madriz.
La Granada de Papel estuvo bien, pero creo que gracias a que antes existió el ale-hop! Y probablemente este a su vez no habría sido lo que fue sin esos maravillosos y añorados quioscos de Granada.