En este blog, en el que queremos ahorrar palabras como si de un bien preciado se tratase, no siempre podemos cumplir esta máxima y nos vemos obligados a extendernos ante historietas como NOCHE EN PORT DUCAL (publicada en Don Pablito, número tres, 1984 y recopilada en el libro Así veo el tebeo en 1986). Incluso tenemos que recurrir a expertos ajenos a este blog porque a nosotros se nos escapan matices por falta de conocimiento o porque nos hemos ido a la playa unos días.
Apuntes para un acercamiento a Noche en Port Ducal
Por Gloria María de las Virtudes
(experta en boquilla)
Pocas veces en la historia del comic, o de cualquier otro medio diría yo, se han unido tres personalidades tan dispares para, dando lo mejor de ellos mismos, conseguir esta depurada y elíptica historieta. ¿Cuántas veces se podría repetir esa primera viñeta de
Noche en Port Ducal? y ¿qué pasa entre la penúltima y última viñeta ?.
Pues lo que pasa entre esas dos viñetas y esto hay que decirlo alto y claro, lo que pasa digo, es esa misma viñeta una y otra vez, multiplicada ad nauseam. ¿Se ha visto ésto alguna vez en un comic?. Y lo digo yo, que a los dos años ya me había leído a los clásicos americanos y a los cinco escribí un estudio sobre la narración visual en la prehistoria.
Consiguiendo captar ese
"no pasar nada que es la vida" ligado intrínsecamente a ese otro
"¡qué coño está pasando!",
Joaquín López al dibujo y
Carlos Hernández y
Rubén Garrido al guión, consiguen esta página que podía haber sido perfectamente un libro de quinientas, pero en una pirueta narrativa, condensan y depuran esa dicotomía de
no pasa nada-qué está pasando en una sola y exclusiva página. ¡Qué acierto!.
Interesada siempre por esta obra única, he recogido estos comentarios de una vecina del estudio donde se gestó esta obra:
"Por aquellos días estaban muy agitados. Subían y bajaban del estudio a cualquier hora. Se alimentaban fatal y yo les subía las sobras de nuestra comida. Prefería que dejasen tanta sopa de sobre y tomasen algo de sobras de pobre. ¿Hice bien?."
Poca cosa me queda que añadir a estas alimenticias palabras.
Tengo el honor de presentarles, en bandeja de plata, esta obra quizá sí, falta de principios pero llena de finales.
Gloria María de las Virtudes.